miércoles, 18 de abril de 2007

PICCADILLY (1929) de Ewald Andreas Dupont







Después de haber hablado hace unos días de la película de Dupont que más repercusión ha tenido en las historias del cine, Variété (1925), perteneciente a su etapa alemana, hoy vamos a abordar una de su etapa de exilio, en su paso por Europa camino de los Estados Unidos, Piccadilly (1929). Este título, ciertamente reivindicable, tendría mayor peso en las antologías de lo mejor del cine europeo si a) tuviese mayor divulgación, y b) se diera más luz al cine británico de la época silente, donde aparte de ésta hay joyas como las películas mudas de Asquith o de Hitchcock.

Tal como ocurre en películas como Chicago, años 30 (1958) de Nicholas Ray, se da en ésta una buena mezcla de "cine negro" (antes de tiempo) con números musicales, exotismo (una peculiar mirada a la comunidad china de Londres) y pasiones entre un cuarteto de personajes: el propietario de un club (Jameson Thomas), su bailarina y amante principal (Gilda Gray), una bella china de los bajos fondos (Ann May Wong) que acaba bailando en el club y haciéndose amante del propietario, y, finalmente, el celoso novio chino de esta chica (King Ho-Chang). La historia va tejiendo sin prisa pero de forma dinámica las pasiones que van creciendo en el seno de estos personajes hasta que todo estalla al final, en el sórdido final donde se suceden las versiones de un asesinato y las distintas posibles culpabilidades.

Como en Variété, la cámara hace lo que quiere: entra de forma autónoma tras los personajes en los ambientes en los que éstos se adentran (como la entrada del propietario del club en un local del Londres chino), se aparta de un personaje mediante un trávelin circular por toda una habitación para buscar al otro interlocutor, se difumina cuando una de las chicas dormida se va despertando para ver a la otra, que acaba de llegar, o se queda deliberadamente estática ante un personaje cuando realmente quisiéramos ver que pasa a su alrededor, recurso utilizado especialmente al final para ocultarnos una información sobre el asesinato que se nos dará después. Sobre este último recurso hay que destacar en la obra una secuencia de planificación especialmente moderna, casi de los años 60, en la que la entrevista que el dueño del club hace a la chica para convencerla de que se haga bailarina se recoge sólo con la cámara centrada en ella, con muchos silencios (en los que se sobreentiende que él habla) y sin el apoyo (obvio) de una voz en off, que es como hoy se construiría un momento así. Las secuencias concentradas no en el personaje que habla o de la acción principal sino en el que lo contempla se repiten a lo largo del filme, casi siempre con los peor parados de una situación en primer plano: la novia del propietario y el novio de la bailarina china cuando contemplan, escondidos y en algún caso como sombras sobre una pared, las evidencias de la infidelidad.

Destaca también en la película la recreación de diversos ambientes londinenses, desde las calles con rótulos luminosos, hasta diversos locales: el Piccadilly Club, con el espíritu de la Belle Époque, aunque en el año del crack, o el local de los bajos fondos, donde conviven personajes de muy diversa condición y origen. El arranque de la película y su final son en sí un homenaje a la ciudad de Londres, o a cualquier ciudad moderna: el filme se inicia con una serie de anuncios luminosos y los rótulos que van apareciendo en los autobuses que pasan, donde de forma ingeniosa se introducen los créditos de la película, uno de los momentos por los que debe ser recordada Piccadilly. Al final, cuando ya sabemos quién disparó el arma homicida y la información aparece en los periódicos, un anónimo ciudadano lee la noticia, pero inmediatamente después gira la página y mira el resultado de sus apuestas. La historia se ha olvidado y la vida, como avisan a continuación unos hombres anuncio, continúa. De nuevo, las luces de la ciudad vuelven a enterrar la historia e invitan al espectador tras el "The End" a volver a su rutina.


En el siguiente enlace puede verse un tráiler de la película:

http://video.google.com/videoplay?docid=-1159296532205743531

Tras haber visto, Variété y Piccadilly, y hablado de ellas, volveremos pronto con una semblanza de su director. Hasta entonces.

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