martes, 21 de noviembre de 2006
CHANG (1927) de M.C. Cooper y E.B. Schoedsack
Tras la I Guerra Mundial, el operador Ernest Beaumont Schoesdack (1893-1979), que había participado en ella como soldado y como reportero de noticiarios de guerra, conoció en Europa a Merian C. Cooper (1893-1973) y juntos se embarcaron en una serie de proyectos en que se combinaba cine y aventura en parajes exóticos, principalmente Etiopía, Irán, Singapur, Laos y Thailandia. El éxito conseguido con Grass: A Nation's Battle for Life (1925), sobre una tribu nómada de Irán, les llevó a un proyecto aún más ambicioso en el que se mezclara ficción y mirada etnográfica. Buscando localizaciones y personajes para su nuevo trabajo, en el antiguo territorio del Siam conocieron durante su alojamiento en un centro presbiteriano a Kru, un lugareño que se había convertido tras ver cómo el centro religioso había logrado sanar a su padre, herido del zarpazo de un tigre al que el propio Kru consiguió dar muerte. Schoesdack y Cooper lo tomaron como intérprete y le propusieron ser protagonista junto a su familia del nuevo proyecto, que se tituló finalmente Chang (1927), nombre que significa 'elefante'.
La película describe la vida en la jungla de Kru junto a su mujer (en realidad, quien actúa es una pariente de la verdadera, que se había negado a participar), sus hijos (Nah y Ladah) y el mono Bimbo, al que hacen hablar y pensar en los rótulos. Además de reflejar su modo de vida, su vivienda y trabajo con los animales domésticos, buena parte de las acciones tienen que ver con las amenazas de tigres, leopardos y elefantes a la familia de Kru, y con las escenas de caza de los hombres. Destaca la cercanía con la que la cámara plasma el ataque de los tigres (primerísimos planos, con la cara del animal a unos milímetros de la cámara) o sobre todo de los elefantes, cuya estampida (real) es vista desde el suelo, para dar la sensación al espectador de estar a punto de ser aplastado. Bimbo, el mono, sirve muchas veces de excusa para que la cámara muestre el interior de la vivienda (que está elevada sobre unos troncos) o la naturaleza agreste de la jungla desde puntos de vista muy diversos, según sus piruetas y movimientos, como la de la toma invertida del bebé Ladah en su cuna o la carrera desesperada del mono huyendo del tigre en la que la cámara se desplaza de forma paralela a él.
Entretenimiento y etnografía se mezclan en un filme de gran belleza en sus planos y de notable frescura y naturalidad, producto del uso de actores no profesionales. Es un proyecto al que se le podría poner un equivalente actual como El perro mongol (2005) de Byambasuren Davaa. No dejan de estar presentes tampoco las reminiscencias a El libro de la selva (1967), especialmente por el inolvidable rostro del niño.
Los muchos meses de rodaje de Chang se vieron recompensados con una gran acogida crítica tras su estreno el 29 de abril de 1927 de la mano de los productores Adolph Zukor y Jesse L. Lasky. Fue reconocida con una nominación en la primera ceremonia de los premios de la Academia en 1929 en la categoría que valoraba la mejor calidad artística, donde perdió ante Amanecer (1927) de F.W. Murnau. Más tarde, la cinta desapareció y no fue hallada hasta los años 80. Su descubrimiento sirvió para tener una mejor visión de la trayectoria artística de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, quienes en los años 30 fueron responsables, juntos o con otros directores, de clásicos como El malvado Zaroff (1932) y, sobre todo, King Kong (1933).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Felicidades por el blog, Antonio. Todo lo que has escrito es muy interesante: está muy bien que haya alguien que hable de cine mudo con criterio, y de eso a ti te sobra.
Hombre, un blog del Sr. Antonio...jejeje, ¡¡¡y de cine mudo!!!
Me apunto!!!
Saludos
Publicar un comentario