
Ausonia constituye el primer Espartaco del cine, aunque a mucha distancia en cualidades actorales a otros que encarnaron al personaje, como Massimo Girotti en el Spartaco (1953) de Riccardo Freda o como Kirk Douglas en el Spartacus (1960) de Stanley Kubrick. Pero tampoco pretende ser actor. La cámara se recrea varias veces en su torso, tratando de revelarnos sus verdaderas cualidades. Tampoco la historia llega a ser la misma. Por ejemplo, en la de Kubrick el destino de Espartaco, igualmente heroico, llega a ser trágico, con la muerte de Espartaco y los esclavos rebeldes. En cambio, la película de la Pasquali reserva un happy end a su protagonista y a su amada y el castigo de los traidores. Pero antes...
...En el contexto de la conquista de Tracia por la Roma de Craso, tres tracios pasan a servir a los romanos: los amigos Espartaco y Artemon, que son instruidos como gladiadores, e Idamis, hermana del primero, quien pasa a ser esclava de la hija de Craso, Narona, de quien se enamora Espartaco. Este amor despierta el recelo de Noricus, jefe de los gladiadores. El desacuerdo de Espartaco con Craso acaba llevando al tracio a sublevarse contra el soberano, capitaneando un ejército de esclavos, al que conduce al monte Vesubio. Tras conseguir una promesa de libertad de Craso, Espartaco vuelve triunfante a Roma, donde es acusado de asesinar a Heronius, hermano de Craso, en una falsa acusación propiciada por Noricus. Idamis es sorprendida escuchando de boca de Noricus los detalles del engaño y es conducida a la cárcel del circo Máximo, en una celda cercana a la de su hermano. Poco antes de ser llevado ante los leones, Espartaco consigue liberar a su hermana, para que ella y Narona puedan llegar a tiempo de probar su inocencia, algo que consiguen in extremis. Mientras los leones acaban con Noricus, Espartaco y Narona se prometen amor eterno bajo la luz de la luna.

El éxito conseguido por la cinta llevó a confirmar a la Pasquali Film el camino que ya tenía previsto seguir, confirmado ese mismo año, 1913, por otra producción bajo de la batuta de Vidali: Los últimos días de Pompeya. A pesar de su éxito, no será la versión más conocida de esta historia, sino otra estrenada al mismo tiempo, producida por la Ambrosio Film, de la que nos ocuparemos este domingo.
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