miércoles, 4 de abril de 2007

MARE NOSTRUM (1926) de Rex Ingram

Hubo un tiempo en que las obras del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez surtieron de argumentos y motivos al Hollywood de los grandes éxitos y de estrellas como Rodolfo Valentino, Ricardo Cortez o Antonio Moreno. Uno de sus más afortunados adaptadores fue Rex Ingram, quien lo tuvo en cuenta en títulos como Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1921) o éste que nos ocupa.

Ulises Ferragut (Antonio Moreno) es un marinero español que sueña desde pequeño con la diosa del mar, Amphitrite, cuyo retrato ha presidido siempre la casa familiar. En Pompeya, en una de las escalas con su barco mercante, el Mare Nostrum que da título a la obra, conoce a una austriaca, Freya Talberg, de asombroso parecido con su diosa del mar. Al igual que el Ulises homérico se deja arrastrar por el canto de esta sirena, que resulta ser una espía a servicio de los alemanes (obvia la referencia a Mata Hari), y acaba colaborando con los alemanes en el transcurso de la I Guerra Mundial. Su mujer y su hijo Esteban, que se sienten abandonados, deciden saber de él y Esteban acude a buscarlo (otra referencia a la Odisea: Telémaco en busca de su padre). Tras un fallido intento de verlo en Nápoles, Esteban decide volver a casa, pero el barco en que viaja recibe el impacto de un torpedo alemán. A partir de entonces, Ulises decide cambiar de bando y presta su barco a los franceses, quienes han apresado a Freya y la han fusilado (como a Mata Hari). El Mare Nostrum y Ulises se hunden en el mar, tras ser alcanzados por un submarino alemán, pero poco antes logran vengarse de sus atacantes. En las profundidades, Ulises se reúne con la diosa del mar, como una bella forma de morir. Este final, por su estilizada ejecución, es uno de los mejores momentos de la película y recuerda un poco a las obsesiones de los amantes de L'Atalante de Jean Vigo, años después, por verse bajo el mar.

Quizás el protagonista, Antonio Moreno, uno de los latin lovers de la época, visto al día de hoy, resulta harto soso, y los personajes un tanto arquetípicos, especialmente la ayudante de Freya, en la que se buscaba ridiculizar a una "típica alemana", poco femenina y de disciplina autoritaria. Esa mirada antigermánica, en el contexto del reciente fin de la I Guerra Mundial, va a ser poco después un problema para la distribución de la película, que es retirada finalmente ante el cambio de miras con respecto a la Alemania de Weimar. Ello a pesar de las buenas críticas, de la satisfacción de Blasco Ibáñez y del éxito cosechado, éxito predecible pues la película era una buena combinación de temas muy en boga en la época: submarinos de guerra (Frank Capra o John Ford, por ejemplo, le dieron por esos años su protagonismo), espías, el melodrama familiar (la pérdida trágica del hijo, especialmente) y un amor por la Europa latina. En relación a esto último, resulta interesante con qué concisión (una simple imagen) la pantalla es capaz de evocar los diferentes lugares en los que el Mare Nostrum va moviéndose. Aunque la película fue costosa y se rodó en muy diversos escenarios naturales en el Mediterráneo (Barcelona, Marsella, Pompeya y Nápoles), no hay una entronización a lo De Mille de esos escenarios, sino una mera estampa.


Alice Terry da vida en la película a Freya y a la diosa del mar. Fue la musa de Rex Ingram y su esposa, a la que dirigió casi desde los inicios de su carrera. Buena parte de los títulos de Ingram son clásicos de la aventura o la intriga, realizados para la Metro, luego ampliamente versionados: Los cuatros jinetes del Apocalipsis (1921), El prisionero de Zenda (1922) o Scaramouche (1923). Remontó Avaricia (1923) de Stroheim cuando Irving Thalberg cuestionó su excesivo metraje y estuvo a punto de ser el director de Ben Hur (1926), pero esa responsabilidad acabó recayendo en Fred Niblo, algo que provocó su salida de la Metro. Director de otros éxitos como The arab (1924), The Magician (1926) o El jardín de Alá (1927), acabó sus días por tierras de Egipto y coleccionando arte, no en vano la escultura había sido una de sus grandes pasiones de joven, al poco de llegar de su Irlanda natal, a los 18 años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

I am reading this article second time today, you have to be more careful with content leakers. If I will fount it again I will send you a link

Anónimo dijo...

I am reading this article second time today, you have to be more careful with content leakers. If I will fount it again I will send you a link